Una red que se expande por el mundo para resolver desafíos en las ciudades

La Red de Innovación Local (RIL) nació en la Argentina en el 2014 y desde entonces trabaja sostenidamente junto a los Gobiernos locales de 500 ciudades en 14 países de Iberoamérica. Su objetivo es mejorar sus capacidades de gestión, creando alianzas e intercambios que aceleren procesos que mejoran la calidad de vida de las personas.

Por David Flier

Cuando en 2014 Delfina Irazusta fundó a sus 27 años la Red de Innovación Local (RIL), no imaginó que el recorrido la convertiría en fellow de Ashoka y del Forum of Young Global Leader, ni que participaría de la Cumbre Mundial de Jóvenes Líderes de la Sociedad Civil organizada por The Obama Foundation en la que compartiría tres días con 250 emprendedores sociales de todo el mundo, el propio expresidente de los EE.UU. y su mujer Michelle Obama. 

Un encuentro de intendentes de toda la Argentina nucleados por la Red de Innovación Local. Foto: gentileza RIL.

Desde su nacimiento, RIL ha logrado conectar, mediante el trabajo codo a codo con municipios, organizaciones y referentes locales a más de 8.000 funcionarios públicos de 500 ciudades en 14 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, España, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Guatemala y Venezuela. La organización trabaja con equipos de Gobierno municipales para mejorar sus capacidades de gestión y potenciar el poder de transformación de las ciudades. Y busca expandirse a otros puntos del mundo, en donde ya tuvo contacto a través de sus programas.

En México, la ciudad de San Pedro Garza García del estado de Nueva León está pegada a la urbe más importante de la zona, Monterrey. Los Gobiernos de ambos municipios se encuentran en el proceso de certificación “What Works Cities”, que reconoce a las ciudades que utilizan los datos para elaborar políticas públicas de alto impacto en sus comunidades. 

A pesar de su cercanía, los Gobiernos de las ciudades trabajaban aislados y hasta desconocían que sus vecinos transitaban el mismo recorrido. Fue gracias a RIL que ambas entraron en contacto. 

“Somos una red que conecta, acelera e inspira a miles de personas trabajando para resolver los desafíos públicos de las ciudades, acompañándolos a convertirse en líderes de sus comunidades”, define Candelaria Yanzi, vicedirectora ejecutiva de alianzas y expansión en RIL.


La pandemia, una oportunidad

Hemos escuchado muchas veces en estos últimos tres años que la pandemia de la COVID-19 nos permitió encontrar nuevas herramientas para afrontar desafíos personales y sociales. Algo así vivió RIL, que a partir del 2020 se convirtió en un recurso sumamente útil para que diferentes municipios compartieran las soluciones locales ante la crisis sanitaria. La pandemia brindó un mayor alcance a una de las principales iniciativas de RIL: el Programa Innovadores Locales.

“Impulsado en alianza con otras organizaciones comprometidas con la innovación sistémica, el Programa Innovadores Locales fue de los primeros en ser digitalizado, lo que permitió seleccionar a ciudades de todo el mundo y ofrecerles un acompañamiento para transformar su diseño de iniciativas de alto impacto y políticas públicas”, cuenta Yanzi.

Para ello, se eligen cada año duplas integradas por emprendedores sociales y por funcionarios de municipios, con quienes se mantienen distintos encuentros virtuales. Uno de los proyectos ganadores del programa en el 2021 se denomina “Caminnos Ancestrales”. Fue desarrollado en la localidad de Torotoro, Bolivia, para introducir el arte rural de las comunidades en plataformas digitales y promover así el atractivo turístico de manera sustentable y ayudar a evitar la migración de los pobladores hacia los grandes centros urbanos.

“Queríamos monetizar imágenes NFT de aves en peligro de extinción”, dice Alejandro Trujillo, de la organización Caminnos, impulsora de la iniciativa, que trabajó con el Gobierno municipal. “El apoyo de RIL fue clave para mapear nuestra red de skateholders y entender la dinámica de la blockchains, lo que nos permitió sentar las bases para alianzas con actores públicos y privados, como el municipio y el servicio nacional de áreas protegidas”, señala.

Para Trujillo, la virtud del concurso de innovadores locales “está en hacer hincapié en entender el contexto, el mercado, los actores que influyen y luego, recién, lanzarse a desarrollar una solución”. Dice que uno de los principios que aprendió de RIL es “enamorarse de la solución, sino del problema”.

“Fue un proceso de capacitación y entrenamiento haciendo. Con mucho énfasis en que hiciéramos, pero con mucho acompañamiento de RIL. La red ha sido un aliado para todo el proceso de escalabilidad y soluciones a problemas sociales y ambientales”, remarca.

Tomás Calahuma, guardaparque de Torotoro, en Bolivia, donde se realizó el prototipo de arte digital que ahora se extendió a la región. Foto: gentileza Caminnos.

Otro de los proyectos ganadores en 2021 del Programa Innovadores Locales fue Isuyas, un proyecto de empoderamiento de la mujer a través de la promoción de la seguridad alimentaria en la comunidad Arhuaca, Valledupar, en el norte de Colombia. Referentes sociales habían informado que ahí 7 de cada 10 personas sufría malnutrición. 

El prototipo, recientemente finalizado, consistió en proveer a la comunidad de mayor formación en seguridad alimentaria para sembrar alimentos y preparar recetas diversas que permitan una mejor calidad nutricional. Un aspecto clave fue hacer partícipes a las mujeres, facilitando las conversaciones y estrechando vínculos entre ellas. 

“Haber pasado por el programa fue clave para delinear nuestra estrategia. Teníamos una necesidad clara y el reto era encontrar una idea que nos generara un cambio sistémico. La inseguridad alimentaria es un problema adaptativo, muy complejo y multicausal. El programa nos ayudó a entender bien cómo atender este problema desde la comunidad y llevar una metodología que facilita la visión sistémica”, explica Andrea Escobar, cofundadora de la Fundación Soydoy. En ese proceso, dice, RIL ha estado en contacto regularmente.

Y los resultados, luego de completado el piloto, fueron muy satisfactorios. “La disponibilidad de alimentos aumentó en las familias que estuvieron en el piloto, sus siembras fueron de alrededor de 25 metros cuadrados por familia; esto no suple la alimentación de todos todo el año, pero alcanza a suplir entre el 30 y el 40 % de los alimentos de la familia”, detalla Escobar.

La última edición del Programa Innovadores Locales, en 2022, contó con la participación de 100 equipos de 84 ciudades de distintos países entre los que se encontraba Estados Unidos, Ghana, Nigeria, Zambia, Rwanda, entre otros. “El crecimiento de este programa a nivel global permitió a RIL conocer otras realidades de Gobiernos locales, expandir potencialmente su red y prepararse para consolidar más propuestas fuera de su país de origen”, destaca Yanzi.

What Work Cities

Desde el 2022, gracias a alianzas con organizaciones de escala global, RIL implementó en América Latina el programa de certificación What Work Cities, originalmente impulsado por Bloomberg Philanthropies y Results for América. Esta certificación reconoce a las ciudades que utilizan los datos y evidencia para políticas públicas de alto impacto en sus comunidades. Así, desde RIL han trabajado desde el año pasado con más de 50 participantes de 31 ciudades de 8 países de América Latina (México, Colombia, Ecuador, Chile, Bolivia, Brasil y Uruguay además de la Argentina), los cuales han evaluado sus prácticas de datos e intercambiado experiencias sobre su participación en el programa.

Fue así que, entre otros Gobiernos locales, contactaron al de Montevideo. La capital uruguaya contaba con buenos antecedentes en el uso y manejo de datos. “El trabajo de RIL fue clave, ya que nos orientó para sistematizar sobre muchos de los aspectos de la gestión basada en datos: si bien trabajábamos desde hacía tiempo en esto, no teníamos el foco necesario en documentar procesos, protocolos, documentos de evaluación de programas, etc. Usábamos datos en la gestión, pero no necesariamente existía la cultura de la evidencia documental de las acciones”, explica el ingeniero Juan José Prada, del Departamento de Desarrollo Sostenible e Inteligente de la intendencia de Montevideo.

Montevideo es una ciudad que viene trabajando mucho con datos para sustentar sus políticas públicas. En la imagen, un mapa de calor de la congestión vial en la ciudad. Foto: Intendencia de Montevideo.

Otra de las ciudades con las cuales RIL comenzó a trabajar fue Monterrey. “Lo más importante ha sido que RIL es como un punto de contacto entre varias ciudades. Estar en contacto con ella es estar en contacto con otras ciudades de la región que también están en el proceso de certificar”, destaca Mónica Medellín Estrada, jefa de Transparencia Proactiva del municipio. “Algo que nos gusta mucho es que fomentan mucho los espacios de intercambio de experiencias como videollamadas, foros o portales”, agrega.

Por su parte, Virdiana Hernández, coordinadora de apertura proactiva del municipio, considera clave que RIL “ayuda a adecuar la certificación al contexto de los gobiernos latinoamericanos”, ya que fue originalmente pensado para ciudades estadounidenses. “Son realidades muy distintas. Por ejemplo, algo que no se consideraba es que en muchas localidades de América Latina el acceso a internet es muy desigual”. Además, aclara que la red “brinda un marco de referencia y comparte recursos sobre cómo se trabaja en la gestión con datos en otras ciudades de la región”.

Monterrey trabaja desde hace un año, con el cambio de administración, en políticas públicas basadas en datos. Foto: Secretaría de Innovación y Gobierno Abierto de Monterrey.

Una red de intercambios que crecen

“Buscamos, así como recibimos, dar de vuelta, que haya una sinergia. Hay una relación de intercambio con otros emprendedores sociales”, señala Trujillo sobre la dinámica de la red.

Para favorecer estos intercambios y el enriquecimiento mutuo, uno de los recursos con los que cuenta RIL es PORTAL, una plataforma digital y gratuita donde cada persona que ingresa a la red puede conectarse con otras para compartir conocimientos y herramientas. 

“Nos permite mostrar a potenciales aliados una presentación ejecutiva estructurada de nuestros proyectos. Además del apoyo personalizado, la plataforma nos permitió autogestionar potenciales alianzas y oportunidades de grants”, dice Alejandro Trujillo, de Caminnos, sobre esta plataforma.

“Quienes usan el portal tienen acceso a distintas secciones para conectarse con pares, inspirarse con casos innovadores, capacitarse en temáticas clave, acceder a herramientas para la gestión eficiente y evaluar la gestión en su ciudad”, sintetizan desde RIL. 

Ahora, la organización, según cuenta Yanzi, apuesta a consolidar y continuar su expansión, “ordenando el proceso de crecimiento y entendiendo qué de la oferta de productos y servicios generados tiene más sentido en cada país”.

“La estrategia, si bien se diseña específicamente de acuerdo a las posibilidades de cada país, implica generar grupos promotores, de la mano de organizaciones locales afines a nuestra temática de trabajo. Y junto a ellas, encontrar las oportunidades de acción de RIL, de traspaso de herramientas y metodologías propias de trabajo”, agrega.

El próximo 15 de junio, RIL expondrá el Programa Innovadores Locales en “The Creative Bureaucracy Festival”, que se hará en Berlín. Una nueva oportunidad de hacer crecer la red.

Esta historia fue publicada originalmente en el medio RED/ACCIÓN, de Argentina, y es republicada dentro del Programa de la Red de Periodismo Humano, apoyado por el ICFJ, International Center for Journalists.

Una red que se expande por el mundo para resolver desafíos en las ciudades

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