Sudáfrica: logran contrarrestar el efecto del cambio climático y la carencia alimentaria mediante el uso de métodos indígenas para trabajar la tierra

Rosa Ramaipadi, una activista de la agricultura en Sudáfrica, enseña a su comunidad a implementar métodos de pequeña escala para producir sus propios alimentos.

Por Lucas Ledwaba

Es principios de diciembre, sin embargo, el paisaje de las granjas en Onverwacht, Limpopo, en el noreste de Sudáfrica, es de un marrón opaco y seco. El polvo rojo sube hacia el cielo mientras un viento caliente barre la zona a media mañana. Normalmente, en esta época del año, la tierra luce verde, pero las lluvias no han sido buenas hasta ahora.

La agricultora orgánica y mentora Rosa Ramaipadi trabaja con una red de agricultores rurales en Limpopo para promover prácticas de agricultura agroecológica. (Foto: Lucas Ledwaba / Mukurukuru Media) 

Sin embargo, la agricultora Rosa Ramaipadi (58) aún tiene esperanza. “No hemos tenido mucha lluvia, así que aún no hemos sembrado. Pero todavía tenemos una oportunidad [si llueve] a finales de diciembre”, dice desde su finca de 12 hectáreas. Ramaipadi es presidenta de Mzansi Climate Smart Agriculture, una red de pequeños agricultores de base rural y de traspatio que practican la agricultura orgánica y la permacultura para reducir su impacto ambiental negativo. 

“Hasta ahora, tenemos más de 100 agricultores a quienes animo a practicar la agricultura orgánica y a plantar nuestros alimentos y frutas autóctonos”, dice. La red también trabaja para construir un banco de semillas de cultivos autóctonos. Las semillas de cultivos como mijo, frijoles, verduras y hierbas se distribuyen entre los agricultores para aumentar su uso.

La red está intentando construir un banco de semillas de cultivos orgánicos con la ayuda de otros agricultores locales. (Foto: Lucas Ledwaba / Mukurukuru Media) 

“Los cultivos autóctonos son muy resistentes a la sequía”, dice Ramaipadi. “Por eso los ancianos los plantaban cada año. Incluso cuando no había mucha lluvia, podían cosechar”. Ramaipadi afirma que los sistemas agrícolas indígenas que sustentaron generaciones han sido reemplazados por sistemas no orgánicos que han incrementado el impacto del cambio climático. “Nuestros sistemas agrícolas ya no funcionan como en el pasado. Nuestra tierra y nuestro suelo han sido destruidos por demasiados químicos y fertilizantes sintéticos. Por eso necesitamos volver a nuestras raíces y plantar nuestros alimentos autóctonos”, explica. 

La agroecología promueve métodos de agricultura orgánica como los fertilizantes verdes, la captación de agua de lluvia, el compostaje y la conservación del suelo y del agua. “Lo que estamos haciendo ahora tiene que ver con la seguridad y la soberanía alimentaria, y también estamos abordando la justicia climática”, añade Ramaipadi. “Cuando cultivamos de manera orgánica, al menos estamos intentando limpiar el aire porque nuestro entorno está lleno de productos químicos”.

Un informe de 2020 del Departamento de Agricultura, Pesca y Medioambiente señala que los impactos del cambio climático incluyen la reducción de la cantidad de tierras arables y pastoriles aptas, la disminución de la temporada de crecimiento y la baja en los rendimientos de los cultivos. Las comunidades rurales, donde las oportunidades económicas son limitadas y los niveles de pobreza son altos, son más propensas a sentir estos impactos.

Enfoque inclusivo y sostenible 

Pero Ramaipadi y sus colegas trabajan para alentar a las comunidades a utilizar métodos agrícolas inteligentes para el clima para producir su comida y vender el excedente de la cosecha. “Nuestras comunidades han llegado a entender lo que estamos haciendo. Como organización, vamos a los pueblos, casa por casa, para decir que todos deben tener un jardín trasero donde cultivar su comida”. 

El amor de Ramaipadi por la agricultura se desarrolló durante su crianza en Sekhukhune, donde sus padres tenían una granja lechera. “Crecí ordeñando vacas. Mi madre dirigía esa granja lechera. Después de la escuela, iba a la granja y estaba con mi madre ordeñando las vacas”, recuerda. 

Una de las lecciones importantes que aprendió durante este período fue procesar la leche agria, una habilidad que ahora utiliza como formadora y agroprocesadora. Después de obtener su diploma de maestra, Ramaipadi se inscribió en la Universidad de Limpopo y más tarde obtuvo un grado en Educación. Aunque enseñó Matemática y Ciencias Naturales durante años en diversas escuelas, eventualmente dejó la enseñanza en 2007 para dedicarse a la agricultura. Sin embargo, continúa enseñando con un currículo diferente y colabora con diversas ONG para organizar a los agricultores y facilitar talleres. “Les enseño producción vegetal, producción animal y otras habilidades agrícolas”, dice. La anima el hecho de que muchos agricultores emergentes que participan en estos talleres y programas son jóvenes.

El mijo era un alimento básico del pueblo bantú en el sur de África antes de la introducción del maíz. (Foto: Lucas Ledwaba / Mukurukuru Media) 

“Muchos están involucrados en el agroprocesamiento. Un chico está procesando moringa y haciendo jabones, bebidas y jugos de moringa. Están produciendo detergente utilizando moringa y otros productos naturales como cúrcuma y laurel, están produciendo muchas cosas”.

En junio, el Municipio Local de Polokwane proporcionó a los agricultores un espacio en la capital provincial para establecer su primer mercado de agricultores. El evento atrajo una respuesta abrumadora de la población, fascinada por tipos de cultivos como el mijo que prácticamente han desaparecido de sus comunidades.

Las Naciones Unidas y su Organización para la Alimentación y la Agricultura destacaron la importancia del mijo como fuente alimenticia importante al declarar 2023 el Año Internacional del Mijo.

“Lo que estamos tratando de hacer es asegurar que la gente vuelva a consumir alimentos saludables. Estamos tratando de decir que estamos consumiendo muchos cultivos modificados genéticamente. No nos funciona porque hay demasiadas enfermedades. Ni siquiera podemos explicar lo que está sucediendo”, comenta Ramaipadi.

Los efectos del cambio climático siguen afectando gravemente a los agricultores, pero Ramaipadi no cree que todo esté perdido. “El clima no va a volver a la normalidad. Nosotros deberíamos volver a la normalidad para ayudar al clima a volver a la normalidad”, afirma.

También desea más apoyo por parte del Gobierno: “Son lentos para acercarse a nosotros”.

Esta historia fue publicada originalmente en Daily Maverick (Sudáfrica) y es republicada dentro del programa de la Red de Periodismo Humano, apoyado por el ICFJ, International Center for Journalists.

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