Los pescadores ilegales de Masbate se convierten en guardianes del mar

Una prohibición de pesca de seis años hizo maravillas en el Área Marina Protegida de Colorada Point, de 129 hectáreas, en la localidad de Aroroy, provincia de Masbate (Filipinas). Los corales están floreciendo y los peces están de vuelta, junto con tortugas marinas, langostas, almejas gigantes y otras criaturas.

Por Rhaydz B. Barcia

Joecil Regala tenía 12 años cuando empezó a trabajar como pescador en Aroroy, provincia de Masbate. Él y sus hermanos Rogelio (43) y Darwin (40) ejercieron la pesca ilegal con dinamita desde 1980 hasta 2016.

Joecil tiene hoy 56 años.

Los tres son residentes de Sitio Colorado Barangay Tigbao en Aroroy, municipio de primera clase conocido por sus minas de oro.

“Hicimos pesca con dinamita para mantener a nuestras familias”, dijo Rogelio. “Detonábamos en lechos de coral, que son el hábitat de los peces”, agregó en bicolano, la lengua que se habla en la provincia insular situada en la encrucijada de las islas Luzón y Visayas. 

Cada explosión de dinamita daña, en promedio, dos metros cuadrados de corales. “Todos lo hacían, así que se destruyeron casi todos los corales”.

Rogelio conoce de primera mano el peligro de los explosivos: su mano izquierda desfigurada es el resultado de una explosión accidental mientras ensamblaba pistón, también conocido como dinamita improvisada.

Los hermanos siguen incursionando en el mar. Pero ahora asumen el papel de guardias y protectores de las aguas municipales.

Regeneración

En 2017, el Gobierno de Aroroy y Filminera Resources Corporation empezaron a contratar a pescadores locales para que se convirtieran en guardianes del mar, más comúnmente llamados bantay dagat.

“Como bantay dagat, no permitimos que ningún pescador entre y capture peces dentro del área marina protegida declarada”, dijo Joecil.

Joecil y Rogelio Regala de Sitio Colorado, Barangay Tigbao en Aroroy, Masbate patrullan la zona marina protegida (ZMP) para garantizar el cumplimiento de la norma de no pescar. (Rhaydz B. Barcia) 

Seis años sin pescar, dice, han hecho maravillas.

“Los peces están de regreso. Los corales también están reviviendo. La AMP alberga ahora a diferentes especies marinas”, afirma Joecil.

Las tortugas marinas, las langostas, las almejas gigantes y otras criaturas proliferan en la zona marina protegida (ZMP) de Colorada Point, en Barangay Tigbao.

Para Joecil, con cuatro hijos, y Rogelio y Darwin, con dos cada uno, proteger los mares puede ser un legado de riqueza para sus descendientes.

Los guardianes del mar del pueblo de Tigbao son seis. Antes eran siete, pero el mayor optó por jubilarse. Vigilan 129 hectáreas de zona marina protegida. Su misión es recuperar los peces y revivir los corales. Patrullan el mar seis veces al día, por un salario diario de 365 pesos (6,5 dólares), dice Darwin.

Es, para los estándares de Masbate, un medio de vida viable.

Bolas de arrecife

Dentro de la AMP hay 3.993 bolas de arrecife plantadas con 52.000 fragmentos de coral. El proyecto fue impulsado por otra empresa minera, la Philippine Gold Processing & Refining Corporation (PGPRC).

Hechas de un hormigón especial, respetuoso con el medio marino, las bolas de arrecife se usan para crear hábitats para peces y otras especies marinas. Se fabrican en diferentes tamaños para adaptarse mejor al tipo de arrecife natural de Colorada Point, en el pueblo de Tigbao, explica Lovelle Cariaga, responsable de medio ambiente de Filminera y residente de Masbate.

El sitio de la AMP es un corredor para los barcos que se dirigen a los pueblos y localidades. Los bantay dagat se turnan, patrullando 24 horas al día, 7 días a la semana.

Cariaga dijo que la corporación y su empresa hermana, PGPRC, trabajan con el Gobierno local para garantizar la mejor tecnología para la rehabilitación de los arrecifes.

Lovelle Cariaga, 41 años, responsable medioambiental de Filminera, muestra algunas de las 400 bolas de arrecife listas para su despliegue en mayo de 2023. Las bolas de arrecife actúan como arrecifes de coral, presentándose como un hábitat para la vida marina. (Rhaydz B. Barcia)

Los lugareños han trabajado desde 2017 con la organización sin ánimo de lucro estadounidense Reef Ball Foundation, que ayuda en la producción de bolas de arrecife.

Cariaga dijo que desplegarán más de 400 bolas de arrecife en la AMP en mayo para regenerar más fragmentos de coral. 

“La restauración de los arrecifes es fundamental para la sostenibilidad a largo plazo del ecosistema marino y para ayudar a mitigar el impacto del cambio climático, además de proporcionar medios de vida a los pescadores locales”, dijo Cariaga.

Un pasado turbulento

Suena un poco irónico que los explotadores de minas de oro ayuden hoy a financiar un programa medioambiental marino en Masbate.

La directora regional de PSA Cynthia Perdiz dijo a Rappler que la tala de manglares y la muerte de los arrecifes de coral son los principales motivos del declive de la industria pesquera en la región de Bicol. Los residuos tóxicos procedentes de la tierra pueden matar los arrecifes de coral.

Perdiz citó el vertido tóxico de 2005 de la mina Rapu-Rapu, que sigue siendo el peor desastre minero del país tras la aprobación de la Ley de Minería de Filipinas de 1995.

Lafayette, propietaria de Rapu-Rapu, fue la primera empresa minera a la que el Gobierno filipino le permitió operar tras la promulgación de la ley. Por aquel entonces, se la consideraba un modelo de minería responsable y sostenible. 

Pero Lafayette liberó cianuro que envenenó la tierra y el mar. Provocó una muerte masiva de peces que afectó a los medios de vida de las comunidades costeras de Albay y Sorsogon.

Unos trabajadores comprueban los manglares jóvenes de una zona marina protegida en el pueblo costero de Tigbao, en la localidad de Aroroy, provincia de Masbate, Bicol. (Rhaydz B. Barcia)

En el pasado, Filminera se enfrentó a varias denuncias por supuesta destrucción medioambiental que afectaba a los municipios de Aroroy y Baleno.

En 2017, el Tribunal de Apelaciones desestimó una petición del grupo ecologista Ang Aroroy Ay Alagan Incorporated que solicitaba una orden de kalikasan (en Filipinas, protección jurídica del derecho constitucional a vivir en un medio ambiente sano), y una orden de protección medioambiental contra la mina de oro de Filminera Resources Corporation en Aroroy. Sin embargo, el Tribunal Supremo confirmó la sentencia del Tribunal al año siguiente.

La exsecretaria de Medioambiente, Gina López no incluyó a Filminera en la orden de cierre o suspensión que enumeraba 28 explotaciones mineras en todo el país. Filminera opera en 13.000 hectáreas. Es el mayor operador de minas de oro de Filipinas.

Otra empresa implicada en programas medioambientales marinos es Phil Gold, una de las principales impulsoras de la declaración de Colorada Point como zona marina protegida. Ha ampliado el programa de plantación de manglares para proporcionar medios de vida adicionales a la comunidad costera de Port Barrera.

Esta historia fue publicada originalmente en el medio filipino Rappler, y es republicada dentro del Programa de la Red de Periodismo Humano, apoyado por el ICFJ,International Center for Journalists.

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